COSAS QUE ME ENSEÑARON Y QUE APRENDÍ
- Pedro Vicente Rodríguez Calderón
- 9 jul 2016
- 2 Min. de lectura
Las mujeres se les respeta. Aprendí a quererlas, amarlas, respetarlas y reconocer sus innumerables cualidades. Por eso, siempre he tratado de enseñar con el verbo y con el ejemplo, la importancia de las mujeres en la sociedad y en la familia. La Derecha irrespeta a la mujer venezolana.
La honestidad. Valernos por nosotros mismos, no significa desconocer que dependemos de las interrelaciones con nuestros semejantes y con el entorno o hábitat. Pero tampoco incluye aprovecharnos de los otros o de la cosa común. Tenemos una herencia cultural de más de quinientos años, de cuando nos cambiaron espejitos por oro y diamante, y perfeccionada por adecos y copeyanos, que nos hace ver la corrupción como "algo normal" y que todo el que desempeñe un cargo público es un ladron o corrupto (como quieran llamarlo) o es un pendejo. El hecho de que no me la pase exponiendo mis carencias o necesidades, no es para que algunos piensen y digan que hemos robado algo. No juzgues por tu condición o por la condición de personas cercanas a ti.
La dignidad. Nuestra única propiedad privada. Esa, se irá conmigo cuando dejemos este plano. No ha estado, no está ni estará en venta o expuesta a cualquier tipo de transacción o derrumbe. En ocasiones, ha sido un problema para el ejercicio de mis funciones en distintas responsabilidades que me ha tocado asumir, pero el tiempo y las acciones hacen que tenga sentido. A algunos les cae mal que uno piense así. A mí, me dan asco quienes pierden su única y verdadera propiedad. Hay muchos por allí que la perdieron hace tiempo y se atreven a criticar a otros sin autoridad moral.
Hay otras como la lealtad y la justicia, que aprendí por las enseñanzas de mis padres y de la vida que nos tocó vivir. Por eso, tenemos fe y esperanzas. Por eso, creemos que es necesario que ocurran situaciones que nos sacudan nuestros profundos y verdaderos valores que fundamentan nuestro ser. Cíclicamente la historia nos habla de situaciones similares que provocan grandes cambios. Pero, en estos tiempos, no debería ser como consecuencia de sangrientas guerras e invasiones. Apostamos a creer que podemos dialogar.
Un abrazo a todas y todos.
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