O Inventamos O Erramos… O Acabamos con Robinson
- Pedro Vicente Rodríguez Calderón
- 17 abr 2020
- 2 Min. de lectura

Estoy muy seguro que el Maestro Simón Rodríguez, jamás se imaginó que esta expresión sería tan mal utilizada para justificar las actuaciones erráticas de nosotros, los servidores públicos. Hasta donde da mi comprensión lectora, la frase “O Inventamos o erramos”, es presentada por su autor para indicar que no podríamos intentar imitar en nuestra América, formas de gobierno idénticas o parecidas a las formas imperiales de los invasores europeos.
Podríamos suponer que, determinadas situaciones, nos tomaran por sorpresa y que ello requiera de decisiones, donde necesitáramos valernos de la experiencia, de la intuición y del sentido común para “inventar” posibles salidas o acciones que pudieran conducir a estas, con riesgo a equivocarnos, pero que, ante la contingencia, sería peor NO actuar. Quizás, allí, bien podríamos acuñar la frase de Robinson para motivarnos y animarnos.
Cuando modelamos con el ejemplo o intentamos propiciar procesos pedagógicos de formación, hay que ser muy cuidadosos y responsables con lo que queremos enseñar. Si, además, esto se realiza por un medio audiovisual pregrabado, la producción debe ser mucho más detallada y revisada. Lo que se haga, lo que se muestre, lo que se diga o lo que se modele en un proceso de formación para niños, niñas y adolescentes puede marcar y afectar la vida adulta y/o profesional del ser. Sin considerar las angustias y presiones que pudieran estar incidiendo en el complejo proceso.
Sin prisa, pero sin pausa. Es bajo esa máxima que debemos planificar, producir, ejecutar, acompañar y evaluar los procesos pedagógicos de formación. En la Educación, no debemos justificarnos ni conformarnos con el “errar es de humanos” o con la mala lectura del “O inventamos o erramos”.
¿Cuál es mi sugerencia? Orientemos a las familias para ser lo más felices posible durante el aislamiento, con videos y documentales agradables, recreativos y formativos. CERO TAREA, CERO EVALUACIÓN. Y sin pausa, pero sin prisa, dediquemos el tiempo (los educadores y comunicadores) a producir buenos materiales para la pospandemia y replanteemos el calendario escolar. ¿Por qué el apuro? ¿Qué nos puede ocurrir si postergamos el calendario por unos meses? Estoy seguro que sería de mayor provecho para todas y todos y estaríamos resguardando nuestra salud física y mental.
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