Del Arco Minero y de otros amoríos de la Izquierda Romántica.

Eran aquellos años setenta, mis dos amigos regresaban de Mérida y en los pasillos de la universidad discutían en forma furibunda por quién se quedaba con el cuaderno que guardaba el acta fundacional del recién creado Partido "Amoríos de la Izquierda Romántica". Al encontrarlos alterados, logré mediar para sentarlos en el cafetín de Estudios Políticos, frente al barrio chino. Una vez solicitados los tres cafés respectivos, les pido el cuaderno de la peleada repartición de bienes. El cuaderno Caribe, algo doblado y maltratado por el viaje, decía algo así en su encabezado: "Páramo de La Culata, sábado 7 de agosto de 1976..." Y su contenido refería la fundación y constitución de un partido para la paz, el amor y la convivencia en comuna, de sus dos únicos y definitivos integrantes de la organización dentro de los valores más puros de solidaridad y libertad.

Refiero este episodio de la vida misma, por los recuerdos de muchas facetas de la discusión que se daba entre mis dos amigos que finalmente se dividieron, muy a pesar de mis discursos recién elaborados, quedándose uno con los amoríos y el otro con la izquierda romántica. Porque siendo un recién llegado a Caracas, venía de hacer círculos de estudio en mi pueblo sobre "Acerca del infantilismo "izquierdista"y del espíritu pequeñoburgués" escrito por Lenin. Ellos dejaron de ser amigos, sin embargo y por separado, siguieron siendo mis amigos por mucho tiempo, tengo años que no sé de ellos.

Finales de los años setenta, nos tocó enfrentarnos al avance del desarrollismo urbanístico hacia Barlovento. El señor Carlos Andrés siendo presidente, autoriza al arquitecto europeo Jack Dourbuch, a construir complejos urbanísticos en toda la franja norte de nuestro Parque Nacional Laguna de Tacarigua frente al Mar Caribe. Rociaron con avionetas el agente naranja (utilizado por los gringos en Vietnam) secaron manglares, caños y bocas de río, acabaron con la fauna y la flora, asesinaron al principal vivero natural de los peces y otras especies de la laguna. Construyeron sus moles de concreto sobre el cementerio de la laguna, pero les cayó los designios de Chanchamire y hoy, la mayoría son ruinas.

Comenzando los ochenta, nos fuimos a conocer y recorrer la Gran Sabana, pasando por el sitio de Las Claritas. Ese sitio de explotación minera, me sorprendió por los rostros de la gente, la prostitución, el libre uso de armas, las fajas de billetes y la circulación de piedras de oro, el consumo desproporcionado de alcohol y, sobretodo, por la gran destrucción ecológica y contaminación de nuestras principales cuencas del sur del país. Parecía que estaba pasando por una muy mala película del lejano oeste en blanco y negro. En el recorrido y por investigaciones posteriores, supe que la minería descontrolada era un hecho real y ambiental que estaba ocurriendo desde hace muchos años, produciendo desplazamientos, muertes, desapariciones y una altísima depredación de la biósfera.

Esta realidad ecocida, en el sur de nuestra patria, siguió creciendo y haciéndose cada vez más peligrosa para la naturaleza y para sus seres humanos. Mafias internacionales y nacionales se constituyeron y desarrollaron en las ansias de ponerle la mano al oro y otros minerales valiosos. Han existido diferentes planes para combatirlo, que mueren al nacer.

Ahora veo a señoras y señores disque chavistas (una ministra de ambiente y un jefe de REDI Guayana) rasgándose las vestiduras contra el arco minero, olvidando su ineficacia supina ante sus responsabilidades circunstanciales. Asimismo, muchos ex ¿camaradas? Se reúnen y despliegan contra el arco minero decretado por el gobierno y este argumento le sirve de excusa para sus consignas de "Maduro vete ya" y "Si al revocatorio". Mostrándose como los más ecologistas y los más "puros" izquierdistas, al mejor estilo de mis amigos cofundadores del partido Amoríos de la Izquierda Romántica.

Me pregunto:

• ¿Dónde estaban sus denuncias y acciones contra la minería ilegal que durante años ha generado un altísimo ecocidio en el sur del país?

• Si las mafias de la minería ilegal de propios e invasores, ha generado tantos males sociales, culturales, delincuenciales, ecológicos, y de tipos peores a los mencionados; sin poder, hasta ahora, tener control, regulación, disminución o desaparición de esta realidad. ¿Será que constituyendo empresas mixtas que se instalen en la zona a realizar la explotación de la minería (Ojo: para mí, ninguna minería es ecológica), se podrá regular y controlar esta acción para que los males históricos se minimicen y así tener de los males el menor?

En lo particular, creo que quienes nos autodenominamos de izquierda y ecologistas, deberíamos constituirnos en vigilantes para que el decreto y desarrollo del Arco Minero se convierta en la necesaria regulación de la actividad minera que durante años ha enriquecido a mafiosos venezolanos y extranjeros sin control alguno del Estado. Creo que el Arco Minero, puede ser una oportunidad de disminuir y acabar con dichas mafias, a la vez que pudiera disminuirse los grandes daños ecológicos en la zona.

Lo cierto es que tenemos dos males históricos en la zona minera: uno es el ecocidio descomunal de muchísimos años y, dos, la extracción de nuestras riquezas minerales para disfrute de mafiosos extraños y criollos. En lo particular, prefiero la regulación y control de una actividad que por más de 500 años no nos ha dejado beneficios como país, pero que nos constituyamos como poder popular, en vigilantes del cumplimiento a las máximas regulaciones ambientales, sociales y económicas que se desprenden de tal actividad.